Tiendo a ser una persona altamente esquemática, un poco cuadrada y con pocos sentimientos. A partir de esa postura mis reflexiones pueden ser deshumanizantes y con cierta carga de humor ácido. La siguiente reflexión es acerca de la sociedad actual comparada con la sociedad que plantea George Orwell en su novela de ciencia ficción "1984".
La diferencia principal y muy marcada entre ambas sociedades es el régimen político puesto que en la sociedad Orwelliana se trata del Ingsoc y nuestra sociedad es neoliberalista. Se plantea que la sociedad se divide en estrato alto, medio y bajo.En 1984 está la prole que nunca se sublevará. Su equivalente, en el caso mexicano, es la clase media y baja. Me recuerda como cada celebración de la independencia el Zócalo capitalino se atasca. Vomita y vomita gente, salen hasta de las coladeras con caras pintadas de verde, blanco y rojo y sombreros de paja con la famosísima frase de: "¡Viva México Ca...!" No cuestionaré su aguerrido nacionalismo (fanatismo histórico y hábitos de embriaguez desmedida, se las va la vida en la botella)Lo que sí cuestionaré es la actitud de celebración ante la desgracia nacional. Parece que pasan los presidentes y los congresos y a pesar de las devaluaciones, problemas de seguridad, libertades encadenadas y varios problemas menores (se arreglan en un tris, sólo si nos ponemos de acuerdo y entramos en re@cción) En fin la clase populosa de México nunca se levantará y aquéllos que dicen que existe la secuencia 1810, 1910, 2010 parecen ser bastante idealistas. En cuanto a 1984, la señora que cantaba afuera del cuarto secreto de Winston revela que en esa sociedad existe una fugaz esperanza. Algun día...
Esa esperanza yo ya no la tengo. Salgo y veo los pasillos de mi escuela y sucede que me cansó de mirar con enojo y hastío a mis compañeros que desperdician su vida en nimiedades como conseguir el último gadget o la última actualización de un juego en el Ipod o las aventuras nocturnas de gente que sólo se arremolina en los antros y se revuelca entre tanta mierda o también me frustran aquellos que se afanan en platicar de series cuyo único tema es el sexo (como recuerdo cuando platican: oye viste tal capítulo de tal serie... No me la puedo perder apenas se reconciliaron) Mi más grande error ha sido que ellos ocupen parte de mi pensamiento. Trataré de corregir el error. Estoy harto de esa sensación de vacío que invade mi cuerpo. Claro que soy un amargado para aquellos que piensan: oh pobre tipo, nunca ha amado... que se consiga una novia. Tal vez tengan razón o porque no consigo una daga y vemos qué pasa eh?
Parte de la sociedad plasmada son los inconformes, los que sienten que todavía se puede hacer algo. Winston es el claro ejemplo de éso y naturalmente es reprimido como casi cualquier persona peligrosa para las insituciones. Imaginen que llega alguine con una bomba a SEGOB: ¡zas! Y se arma la noticia en grande. Lo llevan a la cárcel y desaprece como cualquier ciudadano. En nuestra sociedad no hace falta vaporizar gente porque ya estamos vaporizados.
La pregunta es: ¿cómo hacerle para dejar de ser una gotita de vapor fresco y moribundo?
Es una pregunta difícil que se me ocurrió cuando terminpé de leer el libro. No es la pregunta definitiva pero quizá ayude a desencadenar una reacción más fuerte.
La foto fue tomada un sábado en la plaza de San Jacinto en San Ángel.
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