Jean Paul Gaultier 2011 Spring/Summer Haute Couture

Jean Paul Gaultier 2011 Spring/Summer Haute Couture

lunes, 19 de abril de 2010

En la cava




Las siguientes fotos fueron tomadas dentro de una cava pequeñita. Me llamó la atención la textura de la madera.

lunes, 12 de abril de 2010

viernes, 9 de abril de 2010

jueves, 8 de abril de 2010

Viajes de un egresado (capítulo 1)

Algunos ya lo habrán leído pero, le cambié algunas cosas. Esperen los siguientes capítulos. Mi plan es hacer una bitácora de viajes literarios a manera de sátira. En esta ocasión fue el caso del neoclásico. La próxima será tal vez el romanticismo. También le doy el crédito a una amiga de nombre Karla que me dió la idea de los pulpos.

En la pantalla del Facebook actualicé mi estado y le puse así: Iniciaré mi viaje hacia lo desconocido. Día 1: ¿qué tal si antes de partir me tomo un caramel machiato con leche light en el Starbuck’s? Minutos después a todos mis amigos les gustó mi comentario y me sentí realizado. Ya podía irme feliz.
El avión salió del aeropuerto de la Ciudad de Sobrevívela el día 23 de enero de 2010 y como buen egresado de negocios internacionales, tenía que conocer todo el mundo. Honestamente, mi carrera nunca me gustó, eso del outsourcing y el marketing simplemente no se me da. Yo nací para ser un ecólogo y embarcarme junto con los Sea Shepherds y quedar destrozado por un ballenero japonés a la mitad del Atlántico o salvar todas las criaturas del bosque o levantar pañales cargados de premios de olor inmensamente agradable para que lleguen a una planta procesadora y me pueda comprar un chamarra 1000% poliéster. Pero ya que, negocios internacionales es una carrera de futuro, como bien me dijo mi padre que se acurrucaba entre botellas vacías de Don Perignon o de Moët Chandon o de plano de tequila Don Julio. En el aeropuerto me hicieron un cuestionario extensísimo de tres sencillas y lógicas preguntas. La primera era: ¿Desea usted atentar contra algún mando gubernativo del país que visita? La segunda decía: ¿Es usted terrorista? La tercera era la más fundamental: ¿Lleva en su equipaje alguna bomba, material explosivo o una sierra eléctrica? Después me metieron a una cámara especial donde entró un gas de nombre impronunciable como acostumbran bautizarles los químicos. Según me enteré después, había registrado mi cuerpo y visto mi underwear Calvin Klein.
Ya en el vuelo pasaron una película de ésas que me encantan con una trama rosa, humor americano y las risas fingidas siempre oportunas para saber cuando reír y cuando hacer el típico: ¡¡¡Awww!!! De refrigerio me repartió la azafata un rico sándwich de pollo y una bolsa de chícharos deshidratados con aspecto sospechosamente similar al de un cacahuate. Desde la ventana observé muchas hormigas caminando, incontables fábricas exhalando sus tóxicos residuos. Por un momento pensé que me había equivocado de vuelo, pero no, Lamáspicuda, según yo era un país magnífico con palacios imperiales y una gran muralla. No esperaba ver la gran muralla de fábricas y de rascacielos. Al bajar del avión, había miles de clones por doquier. No podía creerlo porque todos eran iguales, hombres y mujeres. Todos tenían los ojos rasgados, cara cuadrada y todos gritando como viles loquitos salidos de los programas de variedades sabatinos de Telerisa. ¡Cómo me fastidian los ch… lamaspicudienses! Ah pero eso sí reconozco que son muy trabajadores.
El plan para Lamáspicuda fue visitar todos los atractivos turísticos, los hoteles y el puerto de Chitong para conocer las exportaciones y todo el mercado lamaspicudiense. Ya en mi hotel me acomodé y puse en mi facebook: Ya llegué, ¿qué comeré primero? Afortunadamente había muchos conectados y me contestaron: Pues no sé, ve a ver si hay atún o prueba algo nuevo. Mi mejor amiga me dijo que fuera al Starbuck’s más cercano y me tomara un frappuccino de amaretto con doble crema batida con leche descremada tamaño venti (para los que no han ido a Starbuck’s o sea puros pobretones es una manera de decir extra grande). Después resolví el famoso test de ¿Qué empresario serías tú si fueras exitoso? Y me salió de resultado: No serás empresario, eres demasiado honesto. Cerré mi netbook ultramoderna ensamblada en Lamáspicuda y me fui a dormir. Claro que antes twite un rato. Por fin habpia encontrado el perfil de mi artista favorito Ricardo Arlona, tiene unas canciones super profundas que te hacen así como que filosofar y pensar en cosas serias.
Al día siguiente visité el puerto de Chitong, el encargado nos paseó por la aduana. El encargado llamado Lowfat lucía como de 35 años con un aspecto levemente antropoide (aprendí esta palabra cuando por accidente abrí el diccionario para saber que significaba altivo, alguien una vez me dijo que mi actitud era altiva) asemejándose más a un cochino superdesarrollado criado en granjas especializadas. No podía parar de reír hasta que pude ver a uno de tantos clones a los ojos, entonces empalidecí al ver criatura tan estrepitosamente antiestética. Ojos pequeños, nariz y labios sobresalientes, cabello lacio y hosco, tez clara, complexión delgada, pies chuecos y un atuendo salido del polo jugado hace ya varios siglos. Me asusté al ver que atrás de la aduana desempacaban y reempacaban los productos miles de seres clonados. Me dije: Ahora veo como Lamáspicuda es el país con mayor desarrollo económico en el mundo. Fácil: explotación del día a la noche, salarios mínimos y dieta balanceada.
De lo que interactué con un residente les platicaré un poco. Se llamaba Taitonik y había estudiado ingeniería en telemática avanzada con especialización en programación intercambiable y doctorado en mecatrónica evaluativa. A mí tampoco me dijo mucho… De la conversación sólo entendí su nombre, edad, y un poco de su infancia. Algo que me di cuenta de la sociedad lamaspicudiense fue que estaba bien segmentada en tres sectores, el primero era el de los explotados que nunca salían de vacaciones y trabajaban más de 8 horas diarias. Los científicos se la pasaban en sus laboratorios corriendo como ratas de arriba a bajo subiendo los matraces y los vasos de precipitados preparando el siguiente proceso y tomando miles de notas esperando llegar a progresar. Lo que no saben es que el progreso va de la mano de las relaciones humanas, es decir, si algún accionista se interesa en la ciencia sólo ve el signo de dinero y pues básicamente está perfecto. Tuve mi momento de inspiración y escribí mi frase profunda del día en Facebook: la ciencia también sirve para hacer el mal, pregúntenle al niño rociado con NAPALM o al que murió por una inocente pastilla multicolor. Llovieron los comentarios de: hermano, que profunda frase o el clásico ¡wow!, muy padre enséñame a pensar t.q.m, t.a, tc, xoxo. El tercer sector de la sociedad eran los empresarios, pero ésos sólo vivían temporalmente ahí.
Dejé el país el 30 de enero y me dirigí al Reino Cefalópodo. Para los incultos que no saben lo que significa la palabra: busquen en un diccionario, yo también la busqué. Abordé el avión y en esta ocasión pasaron una película de vampiros aterrados de salir al sol porque su piel brillaba, como si nunca se hubieran manchado de diamantina metálica. Uno nunca puede evitar las indeseables compañías en los aviones. A mi lado derecho, el típico señor dormilón con complejo de me-hace-falta-mi-mujer que intentó tomar mi mano en incontables ocasiones y del lado izquierdo otro señor con complejo de las-mujeres-no-pueden-vivir-sin-mí-porque-soy-un-galanazo. Tal sujeto se la pasó contándome todas sus aventuras relacionadas a las relaciones carnales y yo pensando: número uno, ni siquiera le conozco, número dos, de todo lo que dijo seguramente lo soñó o estaba bajo los efectos de algún narcótico. Sólo faltaba el típico niño que suele patear los asientos y finge no haber hecho nada al verle. Afortunadamente no hubo tal niño pero tuve que soportar los ronquidos del honorable y las aventuras del distinguido.
Al bajar del avión y salir a la calle me topé con avenidas vacías y carros lujosísimos pasaban de cuando en cuando. Casi vomité cuando de la ventanilla de un Maybach salió un tentáculo baboso y rojizo tratando de sacudir la ceniza de su cigarro. Según mis clases de imagen pública no era bien visto tirar las cenizas a la calle ya que podía acarrearte un problema muy grande de índole mediática. ¿Pero quién era ese pulpo tan atroz y porque iba dentro de un Maybach último modelo? Había visto pocos carros de esa marca en mi país pero sólo los manejaban ladrones con pinta de filántropos que gustaban de cooperar con la causa de niños con parálisis cerebral cuyo objetivo primordial era la deducción de impuestos que se haría después ante Hacienda. Continué caminando bajo la luz del alumbrado público y me hospedé en un hotel bastante miserable. Sólo te daban shampoo, nada de acondicionador ni gel de ducha, ni after-shave. Tomé un curso para dummies de aprenda a manipular a la gente y siéntase el dueño de su porvenir.
El curso era impartido por un señor bastante alto, del grupo caucásico y con una pinta que te dice desde millas atrás: esconde tu cartera, tu anillo, tu collar, todo lo de valor porque te voy a robar. En fin el curso enseñaba los básicos de cómo verle la cara a medio mundo. A decir verdad, me convenció y al final del curso compré por un módico precio su best-seller Manipulación cool. Me acerqué a saludarle y platicar con él. Después ya no tenía mi blackberry último modelo con conexión a Internet desde cualquier lugar. (Sabía que ese tipo me la robaría)
Esa noche el Facebook estaba vacío, así que le pregunté a la bola de cristal mis oráculos. Me puso: “Muy pronto cambiarás tu opinión.” Y yo me quedé como consternado y así le puse en mi estado: Consternado, ¿qué me deparará la vida?

martes, 6 de abril de 2010

lunes, 5 de abril de 2010